La sostenibilidad social como palanca clave en el cuidado de la salud mental en las empresas
La salud mental ha dejado de ser un asunto secundario en las organizaciones para convertirse en uno de los temas más urgentes de nuestro tiempo. No se trata de una moda ni de un enfoque blando: hablamos de una dimensión crítica de la sostenibilidad empresarial, de la competitividad a largo plazo y del cumplimiento de nuevas obligaciones normativas que ya están marcando la agenda pública y privada.
En este contexto, destaca un hecho clave: el pasado 4 de abril de 2025, el Consejo de Ministros aprobó en España el nuevo Plan de Acción de Salud Mental 2025-2027. Este plan, de alcance estatal, establece una hoja de ruta clara para abordar la salud mental como una prioridad de salud pública, impulsando la mejora del acceso al tratamiento, el fortalecimiento de recursos comunitarios y la reducción del estigma.
Esta medida —necesaria y urgente— responde a una realidad cada vez más visible: el aumento sostenido de casos de ansiedad, estrés crónico, agotamiento y malestar emocional que afecta a todas las capas sociales, también dentro de los entornos laborales.
Sin embargo, como especialistas en sostenibilidad y salud organizacional, creemos que la solución no puede llegar únicamente desde el sistema sanitario. La empresa tiene un papel preventivo y estructural que jugar. La salud mental no empieza ni termina en la consulta: se construye (o deteriora) cada día en el puesto de trabajo, en la forma de liderar, en los ritmos de producción y en la cultura interna.
La sostenibilidad social: la gran ausente en muchas estrategias ESG
En los últimos años hemos asistido a una clara evolución de la sostenibilidad corporativa. La integración de criterios ESG (ambientales, sociales y de gobernanza) en la estrategia corporativa lleva a las empresas a generar impacto social positivo.
Y aquí es donde aparece el gran reto —y la gran oportunidad—: ¿Cómo abordar el cuidado de la salud mental desde la sostenibilidad social?
Hemos identificado al menos cinco referencias regulatorias que justifican y exigen esta integración:
- La Ley 31/1995 de Prevención de Riesgos Laborales, que ya reconoce la obligación de las empresas de proteger la salud física y mental de las personas trabajadoras.
- La propuesta de Taxonomía Social Europea, que considera sostenibles las actividades que promueven entornos laborales seguros y saludables.
- El Plan de Acción en Salud Mental 2025-2027, que establece la urgencia de actuar en todos los entornos posibles, incluyendo el laboral.
- El informe Visión 2050 del WBCSD, que sitúa el bienestar como uno de los nueve ejes clave para transformar el modelo empresarial.
- Y el creciente peso del SROI (Social Return on Investment) como metodología para valorar el impacto positivo que generan las organizaciones más allá de los balances financieros.
¿Qué implica esto para las empresas?
- Implica que invertir en salud mental no es solo una cuestión ética o reputacional: es una decisión estratégica que impacta directamente en la productividad, en el absentismo, en la retención del talento y en la capacidad de adaptación de la organización.
Los datos son claros: - España cerró 2024 con una tasa de absentismo del 6,7%, uno de los valores más altos de Europa.
- La rotación voluntaria y el agotamiento emocional suponen costes acumulados de miles de millones de euros anuales.
- Las nuevas generaciones priorizan trabajar en entornos que promuevan el bienestar, el propósito y el equilibrio vital.
- Y, sin embargo, muchas estrategias ESG siguen dejando el “S” en un segundo plano, limitándose a informes, campañas puntuales o acciones desconectadas de la estrategia global.
Es momento de evolucionar: de acciones puntuales a una cultura de salud
Desde nuestra consultora especializada en sostenibilidad, trabajamos con organizaciones que quieren ir más allá del cumplimiento formal. Organizaciones que entienden que el bienestar no es una “soft skill”, sino un indicador de riesgo y de competitividad.
Por eso, hemos desarrollado una metodología para evaluar, actuar y medir la salud mental en el ecosistema laboral desde una lógica de sostenibilidad real. El enfoque combina diagnóstico, formación, liderazgo consciente, medición de impacto y retorno social. Todo ello alineado con las normativas ESG y con una mirada estratégica.
No se trata de añadir otra iniciativa. Se trata de repensar cómo construimos culturas organizacionales que cuiden a las personas sin renunciar al rendimiento, que midan el impacto social de verdad, y que entiendan la salud mental como parte esencial de su compromiso con el desarrollo sostenible y la competitividad.
WAKE UP! SUSTAINABILITY
Walking together with purpose and direction
Leave a Reply